Hablar del Reino de los Mallos es hablar de un reino ficticio, un reino que no llegó a existir como tal, es la nomenclatura que alguien decidió dar allá por las últimas décadas del siglo XX a un territorio que sin ser comarca propia o territorio claramente delimitado, si que es un territorio que tiene unas señas de identidad propias y que difícilmente confundiremos con otros. Y ni que decir tiene que es un nombre con mucho tirón turístico, lo cual siempre ayuda.
Diremos que esta nomenclatura se debe al hecho de que Berta de Aragón, hija de Pedro I de Saboya, sería quien tras la muerte de su esposo desarrollaría las funciones de reina sobre un conjunto de pueblos ubicados en torno a la Sierra de Marcuello o Sierra de Loarre. Dichos pueblos serían Agüero, Murillo de Gállego, Riglos y Ayerbe entre otros. ¡Casi nada! Para aquellos que los conocen sabrán que estamos hablando de pueblos que rebosan motivos para ser visitados: patrimonio histórico, paisajístico, cultural y entretenimiento, ¡mucho entretenimiento!
Que, ¿por qué digo esto? Porque en este conjunto de pueblos pertenecientes al llamado Reino de los Mallos podremos practicar deportes que van desde el rafting, hasta parapente, pasando por senderismo, bicicleta de montaña, escalada o incluso puénting, para los más atrevidos.
Y el que se puedan practicar todas estas actividades se entiende una vez que sabemos que la palabra "mallos" se refiere a un tipo de formación geológica, muy vertical e independiente o libre. Para entenderlo del todo lo mejor es observar cualquier de las fotografías que tenemos de los Mallos de Riglos, Mallos de Agüero o Peña Rueba en Murillo de Gállego, ya que ¡una imagen vale más que mil palabras!
Siendo así daremos por hecho que este es un gran destino si lo que buscamos son grandes emociones en forma de deportes de aventura. Pero el destino sigue siendo igual de perfecto si lo que buscamos es un viaje en el tiempo, y es que durante la época medieval el desarrollo hacia el sur del creciente Reino de Aragón hizo que esta zona cuente hoy en día con un legado patrimonial espectacular. Lugares como el Castillo de Loarre (la fortaleza románica mejor conservada de Europa), la Iglesia de Santiago de Agüero, una joya inacabada del románico aragonés, la iglesia de San Salvador en Murillo de Gállego o las ruinas del castillo de Marcuello nos hacen imaginar lo que debió ser este lugar en los siglos XI y XII, en plena Edad Media.
Pero siglos más adelante el desarrollo que tuvo Ayerbe en los siglos XVI, XVII o XVIII lo tenemos presente en edificios como el Palacio de los Urriés o el Santuario de Nuestra Señora de Casbas.
Y si somos unos amantes de los paisajes auténticos y el contacto con la naturaleza, en esta zona descubriremos un paisaje único, rodeado de bosque mediterráneo entre pinos y matorral, un sinfín de barrancos, pozas y badinas para todos los gustos, y ríos con aguas bravas y sobre todo, un paisaje que dada su diversidad y singularidad ha sido protegido bajo el nombre de "Monumento Natural de los Mallos de Riglos, Agüero y Peña Rueba", y desde aquí lo celebramos, ya que paisajes como estos deben ser siempre preservados para que no sólo nosotros, sino generaciones futuras puedan seguir disfrutándolos tal y como lo podemos hacer hoy en día.
Por Carlos Díaz Beamonte
Gordo de Navidad
